El trauma ocular se define como la lesión ocasionada por mecanismos contusos o penetrantes sobre el globo ocular y sus estructuras periféricas, ocasionando diversos grados de daño tisular con compromiso temporal o permanente de la visión.
Los traumatismos oculares causan ceguera a más de medio millón de personas en todo el mundo, así como también la pérdida parcial de visión sufrida por un número aún mayor.
El problema más grave de los traumatismos es que son el principal factor causante de una pérdida unilateral de la visión, teniendo mayor repercusión en países desarrollados y/o en vías de desarrollo, sin embargo hay que tener presente que las lesiones son diversas en diferentes partes del mundo.
Es natural que pensemos que un país más industrializado se tendrá mayor riesgo de accidentes laborales, a diferencia que en los países en vías de desarrollo, donde la mayoría de las lesiones se produce en ámbitos como la agricultura o industria doméstica, sumado al rápido desarrollo de la industria química, que ha traído además un aumento en la incidencia de lesiones oculares debido a estos productos. Aún así surge la duda, ¿Chile será un país avanzado capaz de controlar los diversos accidentes laborales existentes? Esta respuesta la obtendremos a medida que analicemos la investigación.
Es importante analizar el gran impacto que pueden tener los traumas oculares, puesto que son capaces de causar ceguera y por ello es fundamental realizar programas de prevención destinados a evitar consecuencias irreversibles.
La pérdida total de visión puede deberse a la lesión inicial o a la infección secundaria a ésta. Tanto las lesiones como infecciones se ven agravadas por un retardo a la hora de aplicar un tratamiento adecuado, o a su vez por una incorrecta automedicación. Por este motivo la manipulación inadecuada de elementos que está fuera de nuestros conocimientos, puede causar un daño mayor al estado del ojo, lo que conlleva a más complicaciones, ya que se pierde tiempo valioso para aplicar un adecuado tratamiento.
